Los mato siempre: los oculto y depues los acabo, y nadie los ve.
Los ahogo en todo momento en cada vaso, cada trago y los quemo, incinero, se calcinan en la cazoleta con cada inspirar de mi alma. ¿Y que se ve? Sólo un poco de humo y una que otra estupidez producto del mareo.
Solución Contra Solución.
1 comentario:
Una linda emancipación de la Química (léase en estilo Ana Patricia).
Come back to Blogspot, you little dwarf!
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