jueves, 28 de abril de 2011

La tercera edad

Soy un convencido de que los abuelos, mas que parar querer, son para admirar. Mala suerte mia que sólo me toca convivir con uno del cuarteto, la madre de papá. Es una gran mujer (o eso suelen decir). Vive deprimida y a costa de sueldos ajenos.

Es por eso que, cada cierto tiempo, me siento a escuchar música y me imagino a mi abuelo materno, sentado entre sus hijos y sus nietos y lo revivo a partir de relatos ajenos: Que el violinista, que el profesor, que el adicto al tabaco. ¿Que si lo admiro? Cuanto lo hago. Lo resucito cada vez con mayor frecuencia.

Ojala me estés leyendo de algún lado.

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