Es innegable, vivimos en una sociedad sin sentido sin nada que nos pueda homogeneizar como grupo humano a excepción de una cosa: La muerte. Es por esto que cada vez que nos vemos tocados por el dolor provocado por la muerte creamos martires, martires que son capaces de darle un sentido común a una sociedad que nos hace luchar en un cotidiano uno contra uno a muerte. Y nos sentamos todos juntos a llorar frente a un cuerpo sin vida, pues lo vemos todo como un fín, porque asi nos educaron, como un juguete a pilas no renovables, no es mas que el aferrarse a una vida terrenal, a una vida material que no hace mas que hablar de la destrucción de la que somos objetos todos los días ¿Vale la pena creer en la trascendencia entonces? Asi somos, religiosos inconsecuentes que sólo buscan una pizca de salvación para darle valor a una vida terrenal vacia.
El único enemigo ahora somos nosotros. Claro ejemplo la década del 80, donde todos luchaban con un sentido claro, un enemigo en común: El rival no eramos nosotros, era un general con ánimos dictadoriales que no hacía nada mas que provocar descontento general ¿Y ahora que?
Necesitamos héroes, los necesitamos ya. Necesitamos llorar todos juntos frente a un ataúd, para asi dar sentido comunitario a una vida que simplemente no lo tiene. Necesitamos ver nuestro reflejo en el sepulcro de una vida que termina, que termina para todo lo que hemos cosechado en conjunto: Terrenalidad.
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Semana de emociones fuertes y se viene una peor. Nadie se merece morir, suerte Medina.
Ahora, para mi es tema el llorar con propiedad ¿Tenemos todo el mismo derecho para sufrir por la muerte de alguien? No lo se.
Lo mejor de esta semana, el apoyo de la gente, el cariño incondicional.
SALUDOS :)!